MIGRAR Y CASARSE TIENE RIESGOS: DIVORCIO

Sí, y en caso de que nadie se los haya dicho, nosotras lo haremos con base en nuestra experiencia, tras años observando problemáticas en una comunidad de mujeres migrantes.

Antes de abordar estos riesgos, vamos a afrontar la realidad de los sueldos y costo de la vida en España. 

El sueldo promedio en España es teóricamente de 2.100 €, pero en puestos de baja cualificación, donde se suelen incorporar los migrantes, oscila entre 1.200 € y 1.500 € con pluses. 

Actualmente, incluso profesionales como médicos, maestros, enfermeras, trabajan en empleos con estos sueldos. En general, en España con uno de esos sueldos no da para sostener un hogar. 

Echemos cuentas:

  • 1.200 € de sueldo base.
  • 500 € el alquiler de una habitación en Madrid.
  • 150 € a 200 € a la semana (transporte, alimentos y gastos fijos).

No es viable para nadie sostener un hogar, y menos teniendo hijos, con estas cifras.

Con esto en mente, hablaremos en específico de nosotras las mujeres migrantes residentes de larga duración o con doble nacionalidad en España y seguramente en todo Europa. 

Las mujeres que solventan su vida solas aquí son las menos, y son por lo general mujeres que llegaron hace décadas en las que las oportunidades laborales para migrantes mexicanos eran muy beneficiosas.

La mayoría somos mujeres casadas, con estudios, pero que no ejercemos nuestras profesiones en nuestros países de acogida. Muchas, por no decir todas, dependemos o bien enteramente del salario de nuestros esposos y secundariamente de los ingresos que aportamos para complementar gastos. 

Nuestra aportación suele provenir de empleos temporales, de medio tiempo, de puestos no cualificados, o de nuestros “emprendimientos” (más bien autoempleo por necesidad) sin cotizaciones, ni prestaciones laborales.

Las migrantes mexicanas casadas o con pareja pueden pasar años descuidando carreras y metas laborales, postergan regularización migratoria y de procesos para recuperar estudios, ocupándose tiempo completo del trabajo doméstico y de cuidados. 

Esta dependencia económica y el abandono de trámites migratorios y de la carrera profesional entraña riesgos con costos muy altos. 

El primero y principal de estos riesgos es el divorcio, existe y parece que hay que recordarlo, nos lo puede pedir a cualquiera, y los costos por haber sido financieramente dependiente y haber parado la vida profesional aumenta a más tiempo haya durado tal circunstancia.

De forma cada vez más recurrente nos entramos de alguna separación o divorcio entre quienes son parte de nuestra comunidad. Divorcios con costos muy altos, en los que la mujer migrante termina completamente desamparada, con la posibilidad de quedarse sin hogar y con la necesidad de una difícil incorporación o reincorporación al mercado laboral, y a veces sin nacionalidad o sin residencia al depender del marido la renovación. 

Los hombres a menudo amenazan directamente con dejar de costearlo todo y menosprecian el trabajo no remunerado en el hogar, considerándolo una obligación de la mujer. Las amenazas físicas y emocionales son lamentablemente comunes en estos escenarios, aunado a que se enfrentan un sistema legal que apenas contempla compensaciones a quienes llevan décadas dedicadas en exclusiva al trabajo doméstico y cuidados. Además de que en situación de dependencia económica costear servicios de abogados es inviable y hay que atenerse a lo que haya en asesorías legales gratuitas.    

Es así que tenemos mujeres que deben ponerse contra reloj a arreglar su situación migratoria, convalidación de estudios y búsqueda de empleo. Los riesgos se pueden resumir en que la persona principal proveedora del hogar deje de proveerte, también puede ser por viudedad, problemas de salud, pero el más recurrente es el divorcio. 

Empoderamiento y emprendimiento femenino, el falso salvavidas de moda.

Ya que suele ser una sugerencia recurrente a mujeres que ya están pasando por situaciones complejas, abordaremos el tópico de: “La solución del emprendimiento”, y porque nosotras no lo vendemos como tal.  

Observamos un fenómeno en comunidades donde personas financieramente respaldadas promueven el emprendimiento y el empoderamiento femenino como solución a su problema de necesidad de independencia económica. Estos promotores no consideran las circunstancias de quienes carecen de ese respaldo. Los consejos como “emprende”, “ponte a hacer manualidades”, “métete a ventas por comisión” son meros salvavidas que, como ya dijimos, en el mejor de los casos se vuelven complementos para el gasto. 

Sabemos que hay mujeres empresarias mexicanas en España que triunfaron, pero reiteramos que una historia de éxito de baja probabilidad no puede ser lo único a lo que aferrarse o ser la única “medida a contemplar” ante este problema colectivo. 

No demonizamos el emprendimiento, solo intentamos señalar que implica muchos factores que lo convierten en una opción complicada, que es poco probable que para el grueso de las migrantes se vuelva su fuente única y principal de ingreso y que dé para sostener un hogar. Solo el costo de las cuotas de autónomos (360 € euros mensuales con o sin ingreso) lo hace duro de sostener. 

A día de hoy podemos confirmar que no es la solución a esta problemática, a pesar de sonar alentador, los emprendimientos no son el camino, especialmente para aquellas sin apoyo económico, como lo es el caso de las migrantes enfrentando un proceso de divorcio como el antes descrito.

Entonces, ¿qué nos queda? 

 Tenemos que ser pragmáticas y nunca dormirnos en los laureles. Van seis consejos básicos para que los costos de la dependencia económica ante un divorcio se reduzcan lo más posible: 

  • Dejar todo bien claro con la pareja: Importante, si al migrar tu pareja te pide hacerse solo pareja de hecho analiza y explícale que necesitas tranquilidad legal en tu situación migratoria y familiar, casada en un año tienes nacionalidad. Si te pide separación de bienes, analiza y explícale tu situación, por ejemplo, que de divorciarse tú no tendrías nada ni a donde ir aquí, que de ser necesario por las circunstancias particulares del pasado de él, entonces alguna cuenta de ahorro o titularidad de un bien debe ser solo tuyo. 
  • A por la nacionalidad tan rápido como se pueda: Necesitamos prioritariamente dar finiquito a nuestros trámites migratorios. El trámite no se concluye con la residencia, se concluye con la nacionalidad. Dejen de pensar que con la residencia basta. Si te divorcias teniendo solo residencia de cinco años de familiar, estarás en la obligación de notificar este cambo de situación y, de estar sin empleo, tendrías que buscar trabajo con contrato a contrarreloj para cambiar de forma de residencia.
  • Recuperar estudios: Es igualmente urgente tratar de recuperar la formación igual o mejor de como la teníamos en México, es decir, retomar las habilidades y estudios que teníamos, bachiller, carreras, idiomas, cursos, etc. Homologa todos lo que tienes, no importa si son básicos o necesitas repetir asignaturas, no es perder tiempo, ¡es ganarlo!
  • Insertarse al mercado laboral siempre con vistas a contrato estable: Hay que darse a la tarea de incorporarse al mercado laboral formal con contrato y prestaciones, no importa que inicies con algo que sea de baja cualificación y tú estés cualificada, o con algo de medio tiempo, puedes ir mejorando esas circunstancias. 
  • Construir relaciones fuera de la familia política: Este aspecto es igual de relevante para las migrantes que recuperar estudios y ciudadanía; suele ser donde conoces gente que te recomienda para puestos laborales o te va dando consejos prácticos de como incorporarse a un trabajo estable. Además, piensa que has dejado atrás amistades de toda la vida, excompañeros de trabajo y familia de sangre, tienes que construirte una vida social y una red fuera, que de llegar a quedarte sin familia política en este país puedas decir que tienes más gente que “te echa el cable”, te aprecia y le tienes confianza. 
  • Planificación familiar para dejarte tiempo y recursos para ti: Viene un consejo complejo, pero necesario, el control de la natalidad es un elemento crucial para las mujeres migrantes. Pregúntate: ¿Cuántos hijos podría mantener si enfrento un divorcio o si pierde el trabajo mi pareja o me quedo viuda? ¿De cuántos hijos podemos asumir la crianza para dejarme tiempo y recursos para realizar los consejos previos?

Esto es útil tanto para quien recién inicia su vida aquí como para quien lleva décadas o quien está pasando ahora mismo por un divorcio. Evidentemente, si estás ante la problemática con pocos de los aspectos aconsejados cubiertos, la necesidad y la urgencia apremian y lo que podemos recomendarte es tomar las siguientes cuatro acciones enseguida: 

  • Acude de inmediato a todas las instancias de asesoramiento gratuito y ayudas sociales existentes. Sobre todo si no tienes regularidad migratoria, ponerte a ello enseguida. Si tienes algún ahorro merece la pena el pago para acelerar y hacerlo con buenos profesionales, que gestionen tu nacionalidad y miren tus posibilidades de compensación de cara al divorcio. 
  • Reactiva tan pronto como te sea posible la búsqueda de empleo en Internet, en agencias de empleo temporal y en la oficina de empleo que te corresponde.
  • Lo mismo con los estudios, reactívalos enseguida. Haz cursos de formación del Estado o certificados de profesionalidad cortos y gratuitos o muy económicos. Homologa, al menos el bachillerato o de no tenerlo, la secundaria, es un trámite rápido y no muy costoso. 
  • Si no tienes amistades o relaciones fuertes fuera de la familia política, acércate a comunidades o asociaciones bien constituidas con legitimación que te genere confianza y te den información de calidad; no comuniques tu vida privada en cualquier grupo público mal gestionado de Facebook.
  • Esta última acción es para quienes tienen hijos menores de edad. Infórmate enseguida de qué obligaciones tienen tanto tú como tu expareja con los menores y actúa con suma prudencia. Nunca tomes decisiones precipitadas; no debes sacarlos del hogar o llevártelos a México, esto puede tener serias consecuencias legales para ti. De estar en una situación que percibas peligrosa para ellos y para ti debes denunciarlo, pero nunca será buena decisión llevártelos.

Solo nos queda desearte suerte. 

Mexicanas en España